Muchos lectores vais a pensar que sí, claro que sí. Un país tan cafetero como España y que siempre le compramos el café a Juan Valdés de Colombia. Y que nosotros si sabemos tomar café y no como esos europeos o americanos que beben “agua sucia”. Ya… ¿y te has fijado que siempre te ponen azúcar al servirte el café? ¿E incluso quienes piden dos azucarillos? Pues esa es una primera pista de que no tomamos tan buen café. ¿Una segunda pista? El principal proveedor de café en España es ¡Vietnam! (Y tú pensando que era Colombia o Brasil, lo que hace la publicidad). ¿Una tercera pista? En Vietnam solo se cultiva la variedad robusta de café: alta producción, resistencia a las plagas, pero con un aroma y sabor, por decir algo, no tan desarrollado como la variedad Arábica (ahora te explicaremos eso de las variedades de café).
Y tanto si te tomas el café en el bar o en tu casa, si lo haces en cafetera italiana, de filtro o capsula “destrozaelmedioambiente” (y ya no hablemos si lo tomas en la máquina vending de la empresa) es probable que este sea un café robusta con una mezcla de orígenes para dar un café lo más estándar posible, cultivado a pleno sol y a alturas bajas, priorizando principalmente la producción del café por encima de la calidad.
Así, a grandes trazos, hay dos variedades de café, como te decíamos, el café robusta (Coffea canephora) y el café arábica (Coffea arabica) y se diferencias en sabor y aroma, contenido en cafeína, cultivo y producción y según estas variables, usos industriales y comerciales. Vamos por partes.
Características del café según la variedad del grano de café
1. Sabor y Aroma
- Café Arábica:
- Sabor: Suave, con una acidez alta y un perfil de sabor complejo que puede incluir notas frutales, florales y de caramelo.
- Aroma: Delicado y perfumado.
- Perfil: Suelen tener más dulzura y una mayor variación en el sabor dependiendo de la región de cultivo.
- Café Robusta:
- Sabor: Más fuerte y amargo, con un cuerpo pesado. Tiene notas terrosas y amaderadas.
- Aroma: Menos complejo, a menudo descrito como más áspero y menos atractivo que el arábica.
- Perfil: Menos variación en el sabor y menos dulzura.
2. Contenido de Cafeína
- Arábica: Menos cafeína, aproximadamente 1-1.5% de cafeína en los granos.
- Robusta: Mayor contenido de cafeína, alrededor de 2-2.7% en los granos. Nosotros, por ejemplo, mantenemos un café que es mezcla de variedad Arábica y Robusta (de Uganda) para que tenga más cafeína, y por eso le llamamos “Café Especial Desayunos”.
3. Condiciones de Cultivo
- Arábica:
- Altitud: Crece mejor a mayores altitudes, generalmente entre 600 y 2000 metros sobre el nivel del mar.
- Clima: Prefiere climas templados y requiere más cuidados, siendo más susceptible a plagas y enfermedades.
- Producción: Menos rendimiento por planta.
- Robusta:
- Altitud: Puede crecer a altitudes más bajas, desde el nivel del mar hasta los 600 metros.
- Clima: Más resistente a climas cálidos y húmedos, así como a enfermedades y plagas.
- Producción: Mayor rendimiento por planta y es más fácil de cultivar.
4. Forma del Grano
- Arábica: Granos más ovalados y alargados con una curva central.
- Robusta: Granos más redondeados y más pequeños con una línea central más recta.
5. Usos en la Industria del Café
- Arábica:
- Predominantemente utilizado en cafés especiales y de alta calidad.
- Preferido por su sabor y aroma más refinados.
- Robusta:
- Comúnmente utilizado en mezclas de café para agregar cuerpo y aumentar el contenido de cafeína.
- Utilizado en la producción de café instantáneo y espresso debido a su fuerte sabor y crema espesa.
¿Y algunos trucos para diferencias un buen café?
Para darte algunas pistas de cómo distinguir un buen café, aquí van unos consejos:
1.- Si no se especifica la variedad del café, casi seguro que es robusta. Nadie va a presumir de que su café es de la variedad “mala”. Y si, hay algunos robustas buenos y también hay gente a la que le gusta, eso de los gustos es muy subjetivo y educacional.
2.- Precio. Si 250 g de café cuestan 3,00€ (julio de 2024) eso no es café bueno, ni arábica, ni ecológico y menos de ¡¡Comercio Justo!! Para que sea un café bueno y con un precio justo para los productores, casi ha de doblar ese precio. También se aplica para todos esos cafés que siempre están de promoción en el super, con 2×1, un 20% más… Un paquete de café te da para ¡unos 25 cafés en casa! No te quieras tan poco.
3.- Si el café no lo puedes ver ni oler, desconfía un poco. ¿Estás comprando un café por su aroma y compras uno que está encerrado en una capsulita? ¿Really George? Si no lo puedes oler te van a poner algo que si, es café, pero vete a saber qué café es. Y repito, te puede gustar, pero el coste medioambiental es muy alto, y también lo es el rpecio de la cápsula (unos 42 céntimos la pieza). Es como si comprases un paquete de café de 250 g por 8,4€. Te garantizo que encuentras cafés muchísimos más buenos que los que hay en una cápsula por ese precio. Y sin tanto residuo.
4.- Si lo usas por sus propiedades laxantes: ¡¡ESO NO ES NI CAFÉ!! Eso suele pasar en algunos cafés de máquina vending, donde las empresas ponen cafés que tienen unos precios sobre los 7€/Kg. Y no te creas que es solo la opción en máquinas vending: en algunas cafeterías (las menos, esperamos) también usan estos cafés. Te cobran 1,20€ por un café y eligen café barato, cuando solo se usa unos 10 gr. Podrían sin problema apostar por un café un poco mejor, pero van al céntimo.
5.- ¡¡¡Torrefacto!!! Eso es palabra prohibida. Cada vez menos extendido, pero una plaga que aún corre por todo el país. Se añade azúcar al final del tostado del café. Queda una capa de azúcar caramelizada que se forma en el grano de café le confiere a éste amargura y un color negro muy característico. Y es por esto que, a menudo, cuando pensamos en el café torrefacto la sensación que llega a nuestros sentidos es la de un café que aporta densidad y cuerpo y, sobre todo, un sabor amargo, que perdura en boca. Es poco más que eso, sin matices… olvídate de saborear este café. Es un café más barato (vendes azúcar a precio de café) y usas los cafés de peor calidad, porque tampoco se va a notar mucho. Está aún extendido en España y Portugal y, por ley, debe aparecer en el envase. Pero esto lo aplicas en los cafés que compras en el super, en el bar o restaurante no lo verás. Y ojo, si pone “mezcla” en el envase, es mezcla de café natural y torrefacto, no de variedad arábica con robusta. Que muchos aún te lo quieren colar así.
¿Pero cómo elijo un buen café?
Pues hay algo más importante que todo esto que te hemos explicado de arábica, robusta, altura, torrefacto… y es saber sobretodo quién y en qué condiciones ha cultivado ese café y qué precio ha cobrado por su producto. Y aquí entra en juego el café de Comercio Justo, garantizando un pago justo a las cooperativas de agricultores de café y permitiendo el desarrollo sostenible de la comunidad, tanto económica como socialmente.
En los cafés de Comercio Justo, encontrarás cafés de gran calidad, principalmente de variedad arábica, de un cultivo en altura y a la sombra y de un solo origen (podrás disfrutar con garantías de un café de Etiopía, o de Colombia, de Chiapas, de Ruanda…).
La oferta de café de Comercio Justo está basada principalmente en cafés arábicas ecológicos, dado que el Comercio Justo tiene un fuerte compromiso por el cuidado de la tierra y el medioambiente. Son cafés de gran calidad, cultivados en altura, normalmente entre 1200 y 1800 msm y a la sobra. Las cooperativas de café de Comercio Justo buscan ofrecerte lo mejor que tienen. Cuando compras un café de Comercio Justo, normalmente sabes de qué cooperativa procede, por lo que no quieren que se les pueda señalar como malos cafeteros!.
Entre todos los cafés de Comercio Justo que comercializamos (aquí te ponemos el link) encontrarás cafés con orígenes clásicos como los países del Caribe como Honduras, Nicaragua, Guatemala, México… también encontrarás cafés de Colombia y perlas para descubrir como café de Etiopía (la cuna del café), Ruanda, el Congo o incluso de la Polinesia.
Todos nuestros cafés son de la variedad arábica, excepto el que llamamos “Café Especial Desayunos”, pues lleva una pequeña proporción de variedad robusta para aumentar la concentración de cafeína.
Pero no solo encontrarás calidad en los cafés de Comercio Justo. También encontrarás historias de superación, esfuerzo, duro trabajo comunitario y éxito. Éxito donde tu también eres protagonista (quizás eres uno de los actores principales) al apostar no solo por un café de calidad y libre de pesticidas y abonos de síntesis, sino por el apoyo que das a estas cooperativas de Comercio Justo cada vez que tu cafetera la rellenas con un café de Comercio Justo de calidad y lleno de justicia social.